Travesía
TORCA LA SIMA – GANDARA
Después de que miembros del
club ayudaran en la reequipación de esta mítica travesía, llego el momento de
formalizar una salida para ver in situ los resultados de la nueva vía escogida,
fuera del alcance de las piedras que antes caían en la vertical.
El pozo de entrada a la torca
es una vertical de 155 metros, con zonas descompuestas. La nueva vía abierta
busca el punto más seguro de la vertical gracias a sus péndulos, y se aleja lo
más posible de esas zonas descompuestas, que antaño eran sinónimo de caída de
piedras en la vertical. Con los péndulos se ha conseguido en gran medida
resguardar al espeleólogo de la caída de piedras que sufría la línea de rapel,
creando una nueva vía más segura a nuestro entender, pero en la cual también
tendremos que prestar atención ante la posible caída de piedras. A día de hoy,
después de la reequipación con tensores químicos, Torca La Sima se puede realizar a doble cuerda hasta la “Y” con la Gándara.
Amanece en Arredondo y más concretamente en la Casa Del Espeleólogo. La noche anterior
se nos fue un poco de las manos, y hoy nos sacudimos las sabanas sin mucha
prisa, donde vamos no importan los rayos del solares.
Mientras desayunamos y
organizamos un poco el reparto de coches para hacer la combinación de vehículos
para la travesía, damos tiempo a los y las más perezosos/as a que se limpien la
cara, y se dispongan para hacer un poco de espeleo.
Tres miembros de AKELAR nos hemos juntado a la grupeta
de hoy, en total nos hemos reunido ocho amigos y amigas. De estos, cuatro
trabajaron en la reequipacion de la travesía, y a día de hoy vienen con el
objetivo de ver el estado de los tensores químicos e instalaciones desde el día
de su colocación.
El ascenso hacia Torca la Sima se realiza en una media
hora, y resulta bastante cómodo desde la pista hormigonada donde se deja el
coche. La Torca se encuentra cercada con alambre para evitar en lo posible la
caída de animales que pastan por los alrededores.
Una vez dentro de la torca
decir que la verticalidad del pozo de 155 metros es espectacular. La nueva
instalación da una gran seguridad al descenso que se realiza a excepción de los
dos últimos rapeles con luz natural. En algo más de 2 horas estábamos en la
base de la torca, en la Sala De Los
Espejos, llamada así por los espejos de falla que forman sus paredes. Desde
aquí se puede vislumbrar la luz del día que entra desde la superficie luchando
con el manto oscuro y creando un efecto
bastante singular, y muy fotogénico para los amantes de la fotografía.
Mientras recogemos las cuerdas
y nos disponemos para comer algo hay una cosa que ha llamado la atención de
todo el grupo, el chasquido de la cuerda junto al silbido que produce en su
caída, acentuado por el efecto altavoz de la torca en cada suelta de reunión,
hacen aún más emocionante este descenso.
Nuestro grupo como estaba formado por 8 personas elegimos la opción de instalar
en fijo la sima y que los 2 últimos la desinstalarán y bajaran a doble cuerda.
Esta opción dio un gran dinamismo al grupo dado que las reuniones en mi opinión
están formadas para albergar entre 3 y 4 espeleologos.
Después de reponer fuerzas en
la parte baja de la Sala De Los Espejos
y bastante alejados de la vertical ante la posible caída de piedras,
proseguimos nuestro caminar hacia un cumulo de derrubios donde se abre una
diaclasa. Una pequeña escalada E7 que se
encuentran en fijo nos da paso al P65 dividido en varias tiradas. Un pasamos
nos sitúa en el R4 de cabecera estrecha. A continuación otro pasamano aéreo nos
deja en la reunión del P17, hasta aquí la instalación se encuentra en fijo. Una
pequeña rampa descendente nos lleva a la cabecera del P44, a la cual se accede
por pasamanos que nos aporta seguridad ante una repisa de piedra descompuesta,
en la que se encuentra el descuelgue.
Tras varios descuelgues del
P65 llegamos a su base, nos encontramos en la Sala De Los Flujos, un buen lugar para recoger agua.
Continuamos la travesía por un P10 instalado en fijo y de cabecera en Y. Aquí pudimos reírnos con alguno del grupo que se complicó más de la cuenta en su aproximación a la cabecera por no dominar la técnica de oposición, que pide este paso a la cabecera del P10.
Seguimos por una estrecha
diaclasa en la que los enganchones y el
roce con la roca nos dejaran el cuerpo listo para enfrentarnos a una estrechez
ascendente donde los más corpulentos tendrán que darlo todo para continuar con
la travesía. Aquí encontrar la posición es trascendental, vale quitarse el
arnés y todo lo que nos moleste para hacer frente a este paso. Una vez al otro
lado continuamos por una cuerda ascendente E4 que nos sitúa en una bonita
diaclasa ascendente. Nos encontramos en La
Zona De Unión con Gándara. Tras
un P3 en fijo estamos en la “Y” Del
Gándara, recto nos dirigiremos a la Sala
Del Ángel, pero si cogemos a la izquierda nos dirigiremos a las salas
grandes previas al Delator.
En nuestro caso decidimos
dejar el grueso de las mochilas en la “Y”
Del Gándara e instalar el Pozo De
Las Hadas, para trastear un poco por la Gándara. Un pasamanos descendente y llegamos a la Sala del Ángel. Como es habitual parada
y fonda en el Sala Del Ángel y
sesión fotográfica con disfrute de sus excéntricas. Después de la parada de
rigor continuamos camino hacia el Vivac
de los franceses. El camino es cómodo por estas amplias galerías que se
recorren fácilmente.
Continuamos hacia el interior
de la Gándara con intención de
llegar hasta la Galería de los
Anestesistas. Antes nos desviamos hacia la Galería de los Cristales para hacer unas fotos, eso sí, fuera botas
y guantes pues la grandeza de su belleza reside en dejarla tal y como la
encontramos. Esto es, sin restos de barro por pisadas en el suelo o en
formaciones y paredes tocadas con nuestros sucios guantes. De esta forma
preservaremos en lo posible la blancura inmaculada del entorno. Aquí nos
entretuvimos demasiado y dimos por terminada nuestra incursión en la Gándara.
El resto fue descorrer el
camino hasta la “Y” Del Gándara
donde habíamos dejado las sacas pesadas con las cuerdas de la travesía.
Cargamos con las sacas pesadas y afrontamos un laminador ascendente de piedra
pulida por el paso de espeleólogos. A continuación llegamos a las amplias
galerías que preceden al Delator.
Una vez en el Delator toca agacharse y arrastrarse algunas veces, este zigzag con
las sacas cargadas se hace un poco pesado hasta llegar a la zona balizada o
para nosotros comúnmente llamada Zona de
baile. Al rato y sin darnos cuenta llegamos a las galerías de los Alisios y del Fisco. Estas tienen abundantes
espeleotemas que nos hacen entretenernos con la fotografía. Tras un rato nos
encontramos con el Pozo del Oso, un
pasamano en fijo nos ayuda a sortearlo. Una vez dejado atrás este último
obstáculo nos queda la cuesta del hijo
puta, bautizado hace tiempo de esta forma por un miembro que hoy nos
acompaña en esta pequeña aventura. Al final de la cuesta y con cierta fatiga
acumulada llegamos a la zona alta del derrumbe donde se encuentra El Pinchazo de la Gándara y el exterior de la cueva. Ya en el exterior y aun con
fuerzas decidimos bajar a Arredondo
a tomar unas cervezas y disfrutar de este buen día de espeleo.
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