viernes, 14 de junio de 2019

TORCA LA SIMA – GANDARA

Travesía TORCA LA SIMA – GANDARA



Después de que miembros del club ayudaran en la reequipación de esta mítica travesía, llego el momento de formalizar una salida para ver in situ los resultados de la nueva vía escogida, fuera del alcance de las piedras que antes caían en la vertical.



El pozo de entrada a la torca es una vertical de 155 metros, con zonas descompuestas. La nueva vía abierta busca el punto más seguro de la vertical gracias a sus péndulos, y se aleja lo más posible de esas zonas descompuestas, que antaño eran sinónimo de caída de piedras en la vertical. Con los péndulos se ha conseguido en gran medida resguardar al espeleólogo de la caída de piedras que sufría la línea de rapel, creando una nueva vía más segura a nuestro entender, pero en la cual también tendremos que prestar atención ante la posible caída de piedras. A día de hoy, después de la reequipación con tensores químicos, Torca La Sima se puede realizar a doble cuerda hasta la “Y” con la Gándara.




Amanece en Arredondo y más concretamente en la Casa Del Espeleólogo. La noche anterior se nos fue un poco de las manos, y hoy nos sacudimos las sabanas sin mucha prisa, donde vamos no importan los rayos del solares.






Mientras desayunamos y organizamos un poco el reparto de coches para hacer la combinación de vehículos para la travesía, damos tiempo a los y las más perezosos/as a que se limpien la cara, y se dispongan para hacer un poco de espeleo.






Tres miembros de AKELAR nos hemos juntado a la grupeta de hoy, en total nos hemos reunido ocho amigos y amigas. De estos, cuatro trabajaron en la reequipacion de la travesía, y a día de hoy vienen con el objetivo de ver el estado de los tensores químicos e instalaciones desde el día de su colocación. 




El ascenso hacia Torca la Sima se realiza en una media hora, y resulta bastante cómodo desde la pista hormigonada donde se deja el coche. La Torca se encuentra cercada con alambre para evitar en lo posible la caída de animales que pastan por los alrededores.





Una vez dentro de la torca decir que la verticalidad del pozo de 155 metros es espectacular. La nueva instalación da una gran seguridad al descenso que se realiza a excepción de los dos últimos rapeles con luz natural. En algo más de 2 horas estábamos en la base de la torca, en la Sala De Los Espejos, llamada así por los espejos de falla que forman sus paredes. Desde aquí se puede vislumbrar la luz del día que entra desde la superficie luchando con el manto oscuro y creando un efecto  bastante singular, y muy fotogénico para los amantes de la fotografía.





Mientras recogemos las cuerdas y nos disponemos para comer algo hay una cosa que ha llamado la atención de todo el grupo, el chasquido de la cuerda junto al silbido que produce en su caída, acentuado por el efecto altavoz de la torca en cada suelta de reunión, hacen aún más emocionante  este descenso. Nuestro grupo como estaba formado por 8 personas elegimos la opción de instalar en fijo la sima y que los 2 últimos la desinstalarán y bajaran a doble cuerda. Esta opción dio un gran dinamismo al grupo dado que las reuniones en mi opinión están formadas para albergar entre 3 y 4 espeleologos.





Después de reponer fuerzas en la parte baja de la Sala De Los Espejos y bastante alejados de la vertical ante la posible caída de piedras, proseguimos nuestro caminar hacia un cumulo de derrubios donde se abre una diaclasa.  Una pequeña escalada E7 que se encuentran en fijo nos da paso al P65 dividido en varias tiradas. Un pasamos nos sitúa en el R4 de cabecera estrecha. A continuación otro pasamano aéreo nos deja en la reunión del P17, hasta aquí la instalación se encuentra en fijo. Una pequeña rampa descendente nos lleva a la cabecera del P44, a la cual se accede por pasamanos que nos aporta seguridad ante una repisa de piedra descompuesta, en la que se encuentra el descuelgue. 
Tras varios descuelgues del P65 llegamos a su base, nos encontramos en la Sala De Los Flujos, un buen lugar para recoger agua.





Continuamos la travesía por un P10 instalado en fijo y de cabecera en Y. Aquí pudimos reírnos con alguno del grupo que se complicó más de la cuenta en su aproximación a la cabecera por no dominar la técnica de oposición, que pide este paso a la cabecera del P10.
Seguimos por una estrecha diaclasa  en la que los enganchones y el roce con la roca nos dejaran el cuerpo listo para enfrentarnos a una estrechez ascendente donde los más corpulentos tendrán que darlo todo para continuar con la travesía. Aquí encontrar la posición es trascendental, vale quitarse el arnés y todo lo que nos moleste para hacer frente a este paso. Una vez al otro lado continuamos por una cuerda ascendente E4 que nos sitúa en una bonita diaclasa ascendente. Nos encontramos en La Zona De Unión con Gándara. Tras un P3 en fijo estamos en la “Y” Del Gándara, recto nos dirigiremos a la Sala Del Ángel, pero si cogemos a la izquierda nos dirigiremos a las salas grandes previas al Delator.






En nuestro caso decidimos dejar el grueso de las mochilas en la “Y” Del Gándara e instalar el Pozo De Las Hadas, para trastear un poco por la Gándara. Un pasamanos descendente y llegamos a la Sala del Ángel. Como es habitual parada y fonda en el Sala Del Ángel y sesión fotográfica con disfrute de sus excéntricas. Después de la parada de rigor continuamos camino hacia el Vivac de los franceses. El camino es cómodo por estas amplias galerías que se recorren fácilmente.






Continuamos hacia el interior de la Gándara con intención de llegar hasta la Galería de los Anestesistas. Antes nos desviamos hacia la Galería de los Cristales para hacer unas fotos, eso sí, fuera botas y guantes pues la grandeza de su belleza reside en dejarla tal y como la encontramos. Esto es, sin restos de barro por pisadas en el suelo o en formaciones y paredes tocadas con nuestros sucios guantes. De esta forma preservaremos en lo posible la blancura inmaculada del entorno. Aquí nos entretuvimos demasiado y dimos por terminada nuestra incursión en la Gándara.






El resto fue descorrer el camino hasta la “Y” Del Gándara donde habíamos dejado las sacas pesadas con las cuerdas de la travesía. Cargamos con las sacas pesadas y afrontamos un laminador ascendente de piedra pulida por el paso de espeleólogos. A continuación llegamos a las amplias galerías que preceden al Delator. Una vez en el Delator toca agacharse y arrastrarse algunas veces, este zigzag con las sacas cargadas se hace un poco pesado hasta llegar a la zona balizada o para nosotros comúnmente llamada Zona de baile. Al rato y sin darnos cuenta llegamos a las galerías de los Alisios y del Fisco. Estas tienen abundantes espeleotemas que nos hacen entretenernos con la fotografía. Tras un rato nos encontramos con el Pozo del Oso, un pasamano en fijo nos ayuda a sortearlo. Una vez dejado atrás este último obstáculo nos queda la cuesta del hijo puta, bautizado hace tiempo de esta forma por un miembro que hoy nos acompaña en esta pequeña aventura. Al final de la cuesta y con cierta fatiga acumulada llegamos a la zona alta del derrumbe donde se encuentra El Pinchazo de la Gándara y el exterior de la cueva. Ya en el exterior y aun con fuerzas decidimos bajar a Arredondo a tomar unas cervezas y disfrutar de este buen día de espeleo.










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