MAIRU
SIMA DE
MADI
Como suele
ser habitual, volvemos a juntarnos en el aparcamiento de Mairulegorreta,
definitivamente Mairu, ya que parece se va fraguando esa amistad. Y, como
también nos suele ocurrir últimamente, la nieve nos acompaña, por lo que
dejamos los coches en el aparcamiento anterior al habitual, ya un clásico, pues
el rio baja una vez más bastante crecidito. Al menos la estampa resulta
pintoresca, y también parece nos hemos acostumbrando, no hay otra…
Variopinto y profuso grupo, el
que nos juntamos esta vez, que hace sea, una interesante combinación, dando
como resultado un buen grupo, tal y como cabía esperar
Poco a poco
las cuesta, y al rato en la boca, foto de rigor, picar un poco y para adentro,
que para eso hemos venido…
Aparte de
nieve, esta vez en la entrada de Mairu había más agua que de costumbre, y , al
poco ya estamos en la plaza de toros, cuyo gour se encontraba “exuberante”….
Desde aquí,
por la sala de los bloques, llegamos al resalte que da paso a la galería del
rosario, ponemos una cuerda por si alguien necesita, pero todos muy bien, y
superan el resalte sin mayor problema..
Vamos viendo
diferentes cosas, bastante interesantes algunas, por cierto, hasta llegar a la
plaza de las 6 calles, desde donde vamos en dirección a la sima de Madi.
Pasamos por
el elefante, con su tristemente oreja rota, y vamos por la gatera hasta el
meandro que nos lleva a la sima, meandro estrecho, pero muy elegante. Unos van
por abajo, otros vamos por arriba, nos cruzamos…. juguetón el, vamos….
Ponemos una
cuerda auxiliar para llegar al pasamanos, ya que siempre es mejor curarse en
salud, y, vamos bajando los 2 resaltes, hasta la base del pozo, en la calle San
Idelfonso.
Saltos
cortos, pero elegantes, en uno de los cuales se mete el río mediante otro
salto, pero eso será otra historia…
Pasamos por
debajo del pozo del Chivo, donde paramos un poco, pequeño tentempié, y merecido claro, ya que el
grupo va de primera.
Desde aquí a
la cascada a través del cauce, como esta vez no había prisa, bajamos a verla, y
no solo el “jovencito” que nos acompañaba, si no varios más, nos dejamos llevar
por ese “espíritu de niños “ que a veces se nos escapa ( pero solo un poco, eh
), y a la cascada, y es que no lo podemos evitar….
Pasamos por
detrás de ella, y de lado, y como no podía ser de otra manera, más de uno
acabamos un “pelin mojados “, pero
tampoco lo vamos a negar, que si no sería por estos momentos…
Acabado ya
el chapoteo, toca subir la cuesta hasta peña grande, y visita a la galería de
los caracoles, una de nuestras galerías favoritas, y de las que no defraudan.
Algún componente del grupo,
ya empieza a acusar cansancio, y algún otro, frío por el remojón, así que poco a poco vamos saliendo,
pasamos por la sala del reloj, llamativo él, y, ya de los gours, que curiosamente
tenían menos agua que la vez anterior, vamos para afuera.
Paseíto
hasta el coche para terminar y café de rigor en Goipegui, y para algunos,
acompañado de su famoso bizcocho..
Otra buena
jornada, sin duda.