martes, 18 de junio de 2019

Rescate en TORCA DE JORNOS.II



Lo nuestro con Jornos.II se está convirtiendo en una relación de amor odio. Como todo en la vida lo nuestro empezó siendo un sueño llamado Gotxilo, un P292 que nos encandilo desde el primer momento.
Pero esta vez, y va una más, el destino nos depararía con una nueva sorpresa en Jornos.II. Y como alguien dijo, Dorleta por algo estaba ahí, no era un simple casual de la vida que hoy se cruzaran nuestros caminos. La Torca nos examinaba ante bajar a su interior o socorrer a la vaca Dorleta que aguardaba en su interior, esperando una muerte anunciada.
Nuestro futuro estaba escrito, Gotxilo no quería que visitáramos su morada, otra vez más tendrá que esperar de nuestra visita porque hay Torcas que están hechas para enamorar y con Jornos floreció nuestro amor no correspondido.


Amanece en la sierra de Armañòn. Las nieblas persistentes nos dan la bienvenida mientras olfateamos el olor que desprende el bosque después de la lluvia. Esa que no consigue menguar el ánimo del equipo aunque para ello nos tengamos que mojar al ponernos el mono de trabajo.



Una vez más nos juntamos la grupeta del lado oscuro para intentar el asalto a la Torca De Jornos.II. Nuestra intención es realizar esta actividad en el día. Esta vez, y por parte de AKELAR espeleo acudimos tres socios con disponibilidad absoluta para dicha gran jornada de espeleo.
Una vez ensacado todo el material para una actividad de tal envergadura, nos ponemos en marcha hacia la Torca acompañados del SIRIMIRI (Lluvia fina y persistente que suele caer con frecuencia en el País Vasco).
La entrada de la Torca tiene abundante vegetación, que nos hace dudar en cuanto a rapelar por el árbol o destrepar. Elegimos con acierto la opción del destrepe, al fin y al cabo solo es árgoma y zarza que dificulta el camino al primero, al que abre huella para el resto del rebaño jjjj…




Una vez abajo vemos que el aporte de agua marcha alegre y presuponemos que vamos a terminar la jornada bien regados y con mucho frio. Ya en 2017 nos dimos la vuelta ante la cantidad de agua que caía y decidimos ir a Txomin VIII. En nuestra opinión para atacar Jonos.II es mejor elegir la época de estiaje que hará más liviano esta dura sima. Pero ya que estamos aquí vamos para dentro que veníamos mentalizados con Gotxilo.

Montamos un R5 en natural y donde la cueva empieza a estrecharse, cuál es nuestra sorpresa cuando el primero del grupo grita que hay una vaca, hasta aquí todo podría entenderse como normal, un animal más que cae a una sima, pero otro grito nos descoloca…está viva!. El animal ha sufrido una caída de unos veinte metros y se mantiene con vida encajada entre unas rocas de grandes dimensiones.


Tras unas breves deliberaciones nos ponemos en marcha. Lo primero que hacemos es llamar al 112 que automáticamente nos ponen en contacto con la Ertzaintza (Policía autonómica del País Vasco). Con la identificación del pendiente del animal localizan al ganadero que se pone en camino hacia la Torca, en menos de una hora se personara in situ.




Mientras tanto poco o nada podemos hacer por Dorleta que esta malherida. La asistimos lo mejor que podemos, dándole de beber e intentando que fuera lo más liviano posible su sufrimiento, pero al poco fallecía, entre caricias, y arropado por estos espeleólogos que hicieron que al menos muriese en compañía. Ese último suspiro de una moribunda vaca por la cual hicimos todo lo que pudimos y en nuestras manos tuvimos.


Dorleta ha fallecido en el lecho del rio que se introduce hacia Jornos.II, esta sima hace de colector recogiendo todas las aguas que posteriormente alimenta a gran parte del sistema del Río Silencio de la Cueva Del Valle.


Con el beneplácito del ganadero y su colaboración decidimos sacar a Dorleta de la Torca. Dejarla descomponer en el curso activo seria problemático, y en la estrechez donde se encuentra cerca de la gatera de entrada haría que Jornos no pudiese ser visita en largo tiempo por el olor fétido que dejaría la putrefacción de un animal de esta envergadura.
Nuestro planteamiento dice que lo más difícil será arrastrar el animal desde su lecho de muerte hasta la vertical, una vez en la vertical el esfuerzo a realizar creemos que será menor al disminuir el rozamiento y el obstáculo de piedras que no podremos despejar del camino.
Comenzamos a preparar las triangulaciones y a contabilizar las poleas que disponemos. Una vez montado el sistema de polipasto vamos arrastrando a Dorleta del interior en busca de la luz que entra desde el exterior y da luz a la vertical de la sima.


Alguno la está gozando con estas maniobras típicas del espeleo socorro, se le ve en su salsa, disfrutando más que estando colgado de Gotxilo a -292m o peor aun subiendo este pedazo pozo. Pero Gotxilo, una vez más tendrá que esperar a otra próxima visita.

Con algo de esfuerzo se consigue trasladar a la vaca hasta la vertical de la sima, cambiamos las triangulaciones y comienza su ascensión hacia la superficie.
Son momentos inusuales y nada frecuentes ver como se iza por la vertical un animal de semejante tamaño y peso. Una gran labor de equipo hace que el animal poco a poco vaya subiendo hacia el exterior.


Tras conseguir sacarla viene el momento de felicitaciones por el trabajo bien hecho. En todo este tiempo el reloj no se detuvo  y se nos hizo tarde para el intento previsto a Jornos. Decidimos dar una vuelta de reconocimiento hasta el pozo de los Valencianos y para fuera.
En total no estaríamos más de una hora en el interior, pero fue el tiempo necesario para que al salir nos diéramos cuenta que Dorleta no se encontraba sola, la cadena trófica seguía su curso y un gran bando de Buitres se daban su festín a cuenta del cadáver de la vaca.





Hoy nos retiramos con cara satisfacción y el deber bien hecho. Lo hemos dado todo por asistir a Dorleta en esta vida. Hoy no ha sido posible sacarla con vida de la Torca pero el intento y labor nos dejan un buen sabor de boca.




Hay cuevas que son como antorchas, están hechas para iluminar las necesidades del espeleólogo y Jornos sigue iluminando nuestros corazones hasta nuestra próxima visita.



viernes, 14 de junio de 2019

TORCA LA SIMA – GANDARA

Travesía TORCA LA SIMA – GANDARA



Después de que miembros del club ayudaran en la reequipación de esta mítica travesía, llego el momento de formalizar una salida para ver in situ los resultados de la nueva vía escogida, fuera del alcance de las piedras que antes caían en la vertical.



El pozo de entrada a la torca es una vertical de 155 metros, con zonas descompuestas. La nueva vía abierta busca el punto más seguro de la vertical gracias a sus péndulos, y se aleja lo más posible de esas zonas descompuestas, que antaño eran sinónimo de caída de piedras en la vertical. Con los péndulos se ha conseguido en gran medida resguardar al espeleólogo de la caída de piedras que sufría la línea de rapel, creando una nueva vía más segura a nuestro entender, pero en la cual también tendremos que prestar atención ante la posible caída de piedras. A día de hoy, después de la reequipación con tensores químicos, Torca La Sima se puede realizar a doble cuerda hasta la “Y” con la Gándara.




Amanece en Arredondo y más concretamente en la Casa Del Espeleólogo. La noche anterior se nos fue un poco de las manos, y hoy nos sacudimos las sabanas sin mucha prisa, donde vamos no importan los rayos del solares.






Mientras desayunamos y organizamos un poco el reparto de coches para hacer la combinación de vehículos para la travesía, damos tiempo a los y las más perezosos/as a que se limpien la cara, y se dispongan para hacer un poco de espeleo.






Tres miembros de AKELAR nos hemos juntado a la grupeta de hoy, en total nos hemos reunido ocho amigos y amigas. De estos, cuatro trabajaron en la reequipacion de la travesía, y a día de hoy vienen con el objetivo de ver el estado de los tensores químicos e instalaciones desde el día de su colocación. 




El ascenso hacia Torca la Sima se realiza en una media hora, y resulta bastante cómodo desde la pista hormigonada donde se deja el coche. La Torca se encuentra cercada con alambre para evitar en lo posible la caída de animales que pastan por los alrededores.





Una vez dentro de la torca decir que la verticalidad del pozo de 155 metros es espectacular. La nueva instalación da una gran seguridad al descenso que se realiza a excepción de los dos últimos rapeles con luz natural. En algo más de 2 horas estábamos en la base de la torca, en la Sala De Los Espejos, llamada así por los espejos de falla que forman sus paredes. Desde aquí se puede vislumbrar la luz del día que entra desde la superficie luchando con el manto oscuro y creando un efecto  bastante singular, y muy fotogénico para los amantes de la fotografía.





Mientras recogemos las cuerdas y nos disponemos para comer algo hay una cosa que ha llamado la atención de todo el grupo, el chasquido de la cuerda junto al silbido que produce en su caída, acentuado por el efecto altavoz de la torca en cada suelta de reunión, hacen aún más emocionante  este descenso. Nuestro grupo como estaba formado por 8 personas elegimos la opción de instalar en fijo la sima y que los 2 últimos la desinstalarán y bajaran a doble cuerda. Esta opción dio un gran dinamismo al grupo dado que las reuniones en mi opinión están formadas para albergar entre 3 y 4 espeleologos.





Después de reponer fuerzas en la parte baja de la Sala De Los Espejos y bastante alejados de la vertical ante la posible caída de piedras, proseguimos nuestro caminar hacia un cumulo de derrubios donde se abre una diaclasa.  Una pequeña escalada E7 que se encuentran en fijo nos da paso al P65 dividido en varias tiradas. Un pasamos nos sitúa en el R4 de cabecera estrecha. A continuación otro pasamano aéreo nos deja en la reunión del P17, hasta aquí la instalación se encuentra en fijo. Una pequeña rampa descendente nos lleva a la cabecera del P44, a la cual se accede por pasamanos que nos aporta seguridad ante una repisa de piedra descompuesta, en la que se encuentra el descuelgue. 
Tras varios descuelgues del P65 llegamos a su base, nos encontramos en la Sala De Los Flujos, un buen lugar para recoger agua.





Continuamos la travesía por un P10 instalado en fijo y de cabecera en Y. Aquí pudimos reírnos con alguno del grupo que se complicó más de la cuenta en su aproximación a la cabecera por no dominar la técnica de oposición, que pide este paso a la cabecera del P10.
Seguimos por una estrecha diaclasa  en la que los enganchones y el roce con la roca nos dejaran el cuerpo listo para enfrentarnos a una estrechez ascendente donde los más corpulentos tendrán que darlo todo para continuar con la travesía. Aquí encontrar la posición es trascendental, vale quitarse el arnés y todo lo que nos moleste para hacer frente a este paso. Una vez al otro lado continuamos por una cuerda ascendente E4 que nos sitúa en una bonita diaclasa ascendente. Nos encontramos en La Zona De Unión con Gándara. Tras un P3 en fijo estamos en la “Y” Del Gándara, recto nos dirigiremos a la Sala Del Ángel, pero si cogemos a la izquierda nos dirigiremos a las salas grandes previas al Delator.






En nuestro caso decidimos dejar el grueso de las mochilas en la “Y” Del Gándara e instalar el Pozo De Las Hadas, para trastear un poco por la Gándara. Un pasamanos descendente y llegamos a la Sala del Ángel. Como es habitual parada y fonda en el Sala Del Ángel y sesión fotográfica con disfrute de sus excéntricas. Después de la parada de rigor continuamos camino hacia el Vivac de los franceses. El camino es cómodo por estas amplias galerías que se recorren fácilmente.






Continuamos hacia el interior de la Gándara con intención de llegar hasta la Galería de los Anestesistas. Antes nos desviamos hacia la Galería de los Cristales para hacer unas fotos, eso sí, fuera botas y guantes pues la grandeza de su belleza reside en dejarla tal y como la encontramos. Esto es, sin restos de barro por pisadas en el suelo o en formaciones y paredes tocadas con nuestros sucios guantes. De esta forma preservaremos en lo posible la blancura inmaculada del entorno. Aquí nos entretuvimos demasiado y dimos por terminada nuestra incursión en la Gándara.






El resto fue descorrer el camino hasta la “Y” Del Gándara donde habíamos dejado las sacas pesadas con las cuerdas de la travesía. Cargamos con las sacas pesadas y afrontamos un laminador ascendente de piedra pulida por el paso de espeleólogos. A continuación llegamos a las amplias galerías que preceden al Delator. Una vez en el Delator toca agacharse y arrastrarse algunas veces, este zigzag con las sacas cargadas se hace un poco pesado hasta llegar a la zona balizada o para nosotros comúnmente llamada Zona de baile. Al rato y sin darnos cuenta llegamos a las galerías de los Alisios y del Fisco. Estas tienen abundantes espeleotemas que nos hacen entretenernos con la fotografía. Tras un rato nos encontramos con el Pozo del Oso, un pasamano en fijo nos ayuda a sortearlo. Una vez dejado atrás este último obstáculo nos queda la cuesta del hijo puta, bautizado hace tiempo de esta forma por un miembro que hoy nos acompaña en esta pequeña aventura. Al final de la cuesta y con cierta fatiga acumulada llegamos a la zona alta del derrumbe donde se encuentra El Pinchazo de la Gándara y el exterior de la cueva. Ya en el exterior y aun con fuerzas decidimos bajar a Arredondo a tomar unas cervezas y disfrutar de este buen día de espeleo.