3 de diciembre de 2015 Hoy tocaba ir poniéndonos al día después de un largo periodo de inactividad, Joseba por lesión y yo por trabajo. Hemos aprovechado la festividad de San Francisco Javier, para acudir a la sierra de Urbasa y equipar una cavidad que tenemos pendiente. La cavidad se encuentra en una dolina, y actúa como sumidero en momentos de muchas lluvias o nevadas. De hecho cerca de la entrada se precipitaba una pequeña corriente de agua al interior de la cavidad.
La boca de entrada es pequeña con progresión horizontal en pequeña rampa, y enseguida accedemos a los dos pozos instalados hoy. Dada las bajas temperaturas de estos días había estalagmitas de hielo en la entrada
La cavidad consta de dos pozos uno por el que se precipita la corriente de agua que vimos en el exterior. Tiene 8 metros de profundidad, con repisa a 4 metros y en su fondo hay un pequeño agujero impenetrable, a modo de desagüe, por donde continua el agua su curso.
El segundo pozo, el principal tiene unos 13 metros de profundidad, hasta lo que parece una repisa, continuado aproximadamente hasta los 20 metros, por lo que hemos medido desde arriba y parece que en su fondo hay continuidad. Hemos dejado instalada la cabecera para la siguiente exploración. Las paredes de este pozo tiene muchas aristas con lo que su descenso e instalación será complicado.
Ahora queda otra exploración para descender el pozo con la esperanza que haya continuidad.
11 de octubre 2015 Nº CATALOGO ESPELEOLOGICO DE NAVARRA:NA-316/114 SITUACIÓN:Sierra de Aralar. Valle de Larraun MAPA NACIONAL TOPOGRÁFICO:NA-114/II Uharte-Arakil Este día tocó día de iniciación en espeleología de dos amigas de mi hija, y que mejor cavidad para iniciarse que Lezegalde. Preparativos y primeras explicaciones.
Nuestras protagonistas.
Comenzamos el descenso del primer pozo, con buena soltura, como si lo hubieran hecho más veces.
Ya dentro de la cavidad nos topamos con el segundo pozo de -4 metros que lo superamos con facilidad (Para el ancjaje hay que llevar dos tuercas de métrica 10, no hay).
Fotos en la bonita sala siguiente al segundo pozo, que hoy estaba sin agua.
Después del amplio meandro, la siguiente sala, nuevo destrepe en rampa y el balcón de la sala de lago con foto de rigor del mismo.
Ya de vuelta, foto del grupo de exploración.
Salida hacia la superficie y final de la exploración.
Recogida de material y espeleólogo escoba.
Final de un buen día de aprendizaje y acercamiento al mundo subterráneo, con muchas ganas de volver a repetir otra nueva cavidad.
Agradecer a José Luis Ugarte su ayuda y las fotografías tomadas para este reportaje, y a las iniciadoras por aguantar las chapas que les dimos.
29 de agosto de 2015 La entrada de la cavidad es un pequeño agujero, se trata de
un sumidero y, en principio muy activo, por lo que inicialmente no es
recomendable hacerla con lluvia o tormentas.
Tras un paso estrecho, seguimos descendiendo por una rampa
también sin mucha altura, hasta otra pequeña estrechura que nos deja en el
inicio de un pequeño pasamanos. Tal vez, no haga falta, pero por si acaso
pusimos una cuerda de 30 m., una opción que creemos muy recomendable. El
pequeño pasamanos nos deja en la base de un P40, inclinado al principio y
vertical después, pero bonito y entretenido. Le siguen otros dos pozos de 15 y
7 m. que nos dejan en la galería principal de la que salen dos ramales, río
abajo y río arriba. Habremos descendido unos 90 m.
Nosotros vamos río bajo, dirección este, galería amplia y
cómoda con algún pequeño pasito que no requería demasiado esfuerzo. Vimos
varios aportes laterales que no estaban en la topografía. También hay que tener
cuidado de cara a la salida ya que nos encontramos con numerosos ramales. La
galería por la que vamos es la Arrezu inferior continuando por la galería Areta
hasta que una badina inundada de unos 40 m. nos cortó el paso. Ahí nos entró la
duda de si estábamos en la galería Areta o en la Remendía ya que tuvimos un
pequeño problema con la topografía. De aquí, poco a poco y con cuidado, vuelta.
Después de subir los pozos una curiosa maniobra nos deja en
el pasamanos y de aquí para arriba.
La salida nos resultó un poco dura,
ya que aparte de las estrecheces, habíamos recuperado por encargo las cuerdas
que estaban instaladas. Varios resoplos y nos encontramos en la salida.
Muy interesante sima, 2127 m. de
desarrollo y -195m. de desnivel topografiados. Pero es posible que haya más.
De los metros topografiados aún nos quedaron por hacer. Sin duda volveremos.
Durante el recorrido encontramos
formaciones muy bellas pero no abundantes. Muy buen día.
6 de junio de 2015 Este día realizamos la salida a la cueva de Itxitxoa (Trampa de lobos) o Del Moro en Aizpun, en el barranco de Lizebar. Se trata de una cavidad de 150 metros de desarrollo horizontal, a la que hay que acceder mediante un rapel, ya que se encuentra colgada en la pared. En su día se encontraron restos del Neolítico-Bronce y monedas de la época romana. Dada la particularidad de acceder a ella, unos días antes compañeros de Akelar y Sasitroka se acercaron para dejar la instalación hecha antes del sábado y así no perder tiempo. Os pongo un vídeo que sacó Óskar de Sasitroka sobre la instalación y exploración de la cavidad que merece la pena ver.
Especialistas del GREIM y del GEDEX de la Guardia Civil, han sacado de una sima de la Sierra de Andía, fragmentos de proyectiles de su interior. Estos estaban localizados en la base de un pozo de unos 40 metros.
Foto Diario de Navarra
Los proyectiles fueron descubiertos por un grupo de espeleológos que posteriormente dieron aviso a la Guardia Civil.
No es la primera vez que en esta zona son encontrados proyectiles o fragmentos de estos, dado que en estos parajes se realizaban maniobra de tiro con fuego real, a pesar que se hizo un a buena labor de limpieza, paseando por la zona suelen aparecer restos.
Después de volver de la cueva, me
junté con un amigo que me preguntó:
¿Qué tal en la cueva?
Bien contesté, no nos ha defraudado.
A que habéis visto excéntricas, grandes banderas, formaciones helicoidales,
platos epiacuaticos, cristales de hábito escalaenédrico, o helicocitas
incipientes entre un mar de formaciones.
Mirándole y sin entenderle demasiado
le dije:
Va a ser que no. Unas pocas
formaciones diseminadas, interesantes algunas pero poco más, ahora eso de
incipientes.. pues no sé.
Mi amigo entonces dijo:
Ah, pues ya sé. Esta vez os habéis dedicado a esos grandes pozos cuyo
fondo no se ve y se necesitan ingentes cantidades de cuerda así como complejas
instalaciones para acceder…
Pues también va a ser que no. Un par
de pequeños pocetes para bajar al piso inferior, casi hasta destrepables.
Entonces comento mi amigo:
Ya sé. Habéis visto grandes salas abovedadas con multitud de formas para
dejar hacer a la fantasía.
Pues no. Tampoco. A lo más y debido a
las margas alguna pequeña salita con bloques desprendidos que no se prestaban mucho
a dejar volar la imaginación, aunque claro, todo depende.
Mi amigo empezaba a fruncir el ceño…
Ya sé, dijo, tenía río, cristalinas y verdosas pozas que reflejaban como
un espejo..
Pues tampoco, un pequeño río que
correteaba, incordiando en algunos pasos, ya que casi había que mojarse…
Ahora si, dijo. Tenía bonitos colores ya que con el agua filtraría algún
mineral.
Pues tampoco. Meandro calizo y luego
en margas de roca mayormente homogénea.
Pero algún mineral o piedra o hueso o lo que sea habríais encontrarlo.
Que va,lo único que sacamos fue mucho
barro por ajuar.
Y entonces, ¿cómo era? ¿Qué tenía? Preguntó.
La cueva es un amplio meandro, tiene
dos pisos y casi 2 kilómetro de desarrollo, en su mayor parte un río recorre la
cavidad. Unas zonas fáciles y otras un tanto más penosas, un pequeño pozo y un
meandro desfondado comunica con el piso de abajo, eso sí, sales cansado.
Pero, ¿os gustó?
Mucho. Tiene dos posibilidades de
recorrido como de dificultad media y otro
difícil y nos resultó muy curiosa y entretenida, destacar una gatera
ascendente y luego horizontal en forma de v.
¿Y qué hicisteis?
Pues casi se podría decir que el recorrido del contorneo. Te ibas
doblando como podías para ir pasando algunos pasos. También nos resultó muy
llamativo una galería que vimos, bastante larga, con barro y pasos bajos que no
sale en la topografía. Eso si estaba bastante pisada. El río en ese punto tenía
hojas y algún trozo de plástico, por lo que cabe suponer que puede tener alguna
pequeña conexión con el exterior.
Claro¡¡ -dijo mi amigo- buscabais una conexión o una nueva galería.
Qué va. Si esta cueva está más
trillada que un trozo fértil en un erial…
Entonces, ¿qué tiene?
Pues nada y todo. Cada cueva es
diferente y por lo general todas tienen su gracia, pero la verdad es que
resultó muy interesante.
Y es que, como dice otro amigo: “L’espeleologie est diferent”.
Otro bonito día para el recuerdo,
como lo es compartirlo con los amigos.
De “torca” dice el diccionario de
la Real Academia Española que es una “Depresión circular con bordes escarpados
en un terreno” y eso es precisamente lo que nos encontramos el sábado 9 de mayo
cuando acudimos hasta la pequeña localidad de Abezia, en Álava, Joseba, Oscar
de Sasitroka y Xabier. Nos habíamos documentado gracias a la publicación
Koloska que el GEA, Grupo Espeleológico Alavés, había realizado sobre la Sierra
de Gibijo. De todas formas Joseba se había
adelantado anteriormente para asegurar la localización de la cueva.
Aparcamos
los coches en el camino a poco más de 20 metros aunque no habría sido mala idea
dejarlos 200 metros antes de subir una cuesta en mal estado.
Aunque aparentemente parece no ser
necesaria cuerda para bajar los primeros metros, por si acaso la utilizaremos
dándonos cuenta posteriormente de su necesidad. Utilizamos la de 85 metros atándola a una hermosa haya y no sobrarán muchos metros. Destrepamos unos 15
metros hasta poner otro seguro en el lateral izquierdo. De allí Joseba seguirá
descendiendo otros 10 metros para después hacer una travesía horizontal y poner
otros tres seguros más, los dos últimos más elevados que los anteriores, a fin
de evitar que la cuerda pueda rozar al descender pero especialmente al
ascender. Finalmente, demostrando su habilidad Joseba termina la instalación y
desciende.
Posteriormente, Xabier y Oskar
tendrán que sufrir para superar las dificultades que presentan los diversos
fraccionamientos aunque alguna pequeña repisa ayudará. Descenderán hasta el
cono de derrubios donde media docena de cráneos de distintos animales les
esperan bien ordenados por algún explorador anterior. Desde allí se podrá
admirar la gran sala de entrada a la cueva.
En este punto la sala nos ofrece
dos posibilidades: seguir descendiendo por dos pozos situados en orientación
sur o una galería que conduce al norte. Nos dirigimos por la galería superior
de algo más de 300 metros donde una vez superado el caos inicial de rocas se
camina cómodamente por un fondo de arenas. Llegaremos a una sala circular con
numerosos espeleotemas; estalactitas, macarrones, columnas, banderolas, etc.
donde nos deleitamos con la vista y sacaremos unas cuantas fotos. A
continuación un paso bajo estrecho que Oskar superará con alguna dificultad y
que Joseba y Xabier evitarán con una atlética trepada. Continuamos por la
galería hasta encontrarnos una bifurcación con dos galerías paralelas: la de la
izquierda terminará en un hermoso balcón sobre la galería derecha. La derecha
nos llevará a la sala final. Mientras que Xabier asciende, Joseba desciende por
las coladas hasta el sifón final donde ya no podemos continuar. Volveremos
rápidamente hasta la sala de entrada siguiendo el camino que nos enseña un
murciélago huyendo de nuestras luces al que probablemente habremos despertado
de su letargo, no sin antes intentar Joseba el paso estrecho que se le
resistirá de nuevo.
Después de reponer fuerzas, Joseba
y Oskar se esforzarán por descender
hasta el fondo por el P-43 situado al sur de la sala de entrada. Habrá que
montar un pasamanos para evitar un pozo ciego de -24 y alcanzar el pozo por el
que queremos destrepar. La instalación compleja, en la cueva todo son parabolts
del 12, nos exige hacer recuento de parabolts y mosquetones. Hemos traído
muchos pero como mínimo son necesarios 12 para los dos pozos. Joseba se afana
en la instalación mientras Oskar se adelanta un poco para explorar cuál será la
mejor opción de bajada puesto que el pozo final tiene dos posibilidades.
Aparentemente es el primer acceso la mejor opción y es por ese punto por donde
Joseba desciende aunque tendrá que volver a subir por la cuerda para volver a
poner otro fraccionamiento que evite el roce de la cuerda. La hora de salida se
va acercando y en una sabia decisión decidimos no continuar hasta el final
puesto que hemos señalado a nuestras familias como hora límite de salida las 8
PM y vamos muy justos. Desmontamos la instalación y reponemos fuerzas antes de
comenzar a jumarear el pozo de 42 metros. Oskar abrirá camino con no pocas
dificultades tanto para superar el desnivel como para conseguir superar los
fraccionamientos pero su satisfacción en el exterior será total
Le sigue
Xabier quien cuando alcanza el primer fraccionamiento puede ver a Oskar en la
seguridad que ofrece el exterior de la cueva. Aprovechando que los
fraccionamientos son cortos y utilizando alguna pequeña repisa consigue
anclarse al tercer seguro y pasar el puño hasta la cuerda ascendente sin
utilizar los fraccionamientos intermedios. Será más complicado hacer la
maniobra de atar el crol a dicha cuerda y finalmente soltar los anclajes pero
poniendo todas las fuerzas, podrá seguir progresando. Superamos el siguiente
tramo todavía aéreo y en el siguiente fraccionamiento ya tendremos los pies
sobre el suelo y subiremos con el jumar hasta el exterior de la cueva donde
llegaremos agotados.
Todavía falta Joseba quien a pesar
de tener que desmontar toda la instalación llegará rápido al exterior.