Travesía
Caballos-Valle. 10.700m
La necesidad que encuentra un
espeleólogo de meterse bajo tierra solo es comparable a la necesidad de salir
de ella siguiendo el instinto de supervivencia. Y esto, ocurre muchas veces en
estas megas travesías.
El sistema Red del Silencio cuenta con la travesía
Caballos-Valle, uno de los
recorridos integrales más largos de la península Ibérica.
Esta vez nos juntamos tres
miembros de AKELAR con unos amigos
de Madrid para afrontar esta mítica travesía. Había estado luciendo el sol toda
la semana, pero el día propuesto para atacar la travesía, la lluvia y el viento
hicieron su aparición, con su cara más cruda. Son las 8:00h de la mañana y algunos
no quieren ni salir de la furgoneta. Reunión de urgencia en una marquesina que
no consigue mantenernos secos por las ráfagas de viento y aguaceros. Aplazamos
la decisión hasta las 10:00h, y veremos entonces si el tiempo mejora y si nos
atrevemos con Caballos-Valle. A todo
correr cada rata a su furgoneta o coche, que ya hemos chupado suficiente frio y
agua. Las 10:00h, a todo correr a la marquesina, no hay cambio en el tiempo
pero nos abrieron el Bar. Toca meterse algo caliente y hacer tiempo, dado que aplazamos
la decisión hasta las 12:00h. Subir desde Madrid y volver a juntarnos bien
merece luchar un poco antes de echarse atrás en esta aventura.
A las 12:00h nos ponemos en
camino hacia la Torca de Hoyón
(Caballos), bajo una fina lluvia. En la boca de la Torca llega el trágico
momento de indecisión, entrar o no. Cae agua por totas partes, colándose por la
roca caliza y solo tenemos una cosa en la cabeza…¡cuánta encontraremos dentro!.
La Torca está equipada y decidiremos si damos marcha atrás según vallamos
viendo y bajando por Hoyón.
Fuimos bajando uno a uno todos
los pozos entre risas por la chupa que íbamos cogiendo. No eran pozos regados, esta
vez caían auténticos ríos por la Torca.
Después de bajar la vertical y
poner los pies en el suelo nos dirigimos hacia el rio, y una vez en este… ¡lo
esperado!, está bien cargado, pero ya que estamos mojados para dentro. Alguno
nadaba hasta con las orejas en las pozas, estábamos mojados de arriba abajo. Al
llegar y observar el aporte que recibe el sistema por parte de Jornos, nos sale la risa tonta a
alguno. ¿Como estará el sifón?.
Las instalaciones de la parte
media de la travesía están en muy buen
estado. Así las cuerdas que nos llevan hasta la Galería de las Marionetas (E13). Después llegamos a la Galería Del Papel, aquí hay que tomar
una decisión. Ir hacia el Sifón Temporal o coger el desvió hacia Papel. El desvió se encuentra bien
señalizado. Nosotros decidimos ir hacia el Sifón dado que solo lleva lloviendo
el día de hoy y creemos no habrá dado tiempo a que se llene de agua el sifón.
Cruzamos el pasamano del Balcón y
llegamos al Sifón Temporal, ¡bingo!,
esta practicable. Esto nos ahorra esfuerzo y tiempo, y nos da un impulso moral,
ya que tanta agua nos había dejado tocados moral y físicamente.
Un E18 nos deja en la Galería Lógica. Otro E15 en la Galería de los Gotxos. A esta accedemos a través de una curiosa ventana, y es que la naturaleza en esto de sorprendernos no tiene fin. De aquí un P20 nos deposita cerca del Libro. Una mochila que cuelga del techo contiene el libro de anotaciones. Estamos en la confluencia con La Canal. Si queremos dar por terminada la travesía optaremos por salir por La Canal o también si en este momento nos escasean las fuerzas para continuar hacia Valle. Nosotros anotamos número de personas que componen el grupo, hora de paso y dirección hacia Valle. A partir de aquí nos esperan algunos laminadores para dar paso a la Galería De La Luna. Unos pequeños cráteres nos dan la bienvenida cual si fuera una galería bombardeada. La Galería cobra en amplitud y es de fondo arenoso, estamos en el Sahara. Paradita para comer e hidratarnos. Las galerías fósiles nos han hecho entrar en calor y secar un poco el mono…pero llegamos a La Playa.
Aquí no cabe otra que volverte a mojar, y no es que haga gracia ahora que habíamos entrado en calor, pero... Superados los tres caos de bloques, ya solo nos queda afrontar el agujero soplador y sentir el aire frio sobre nuestra mojada piel. Aún nos queda por superar la badina final…jode, otra vez de agua hasta las orejas y es que de esta travesía no sales sin mojarte En nuestro caso sin pasar a remojo muchas horas. Por hoy damos por saciada esa necesidad de meternos bajo tierra. Han sido 15 horas para estos 6 amigos.
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