Después de volver de la cueva, me
junté con un amigo que me preguntó:
¿Qué tal en la cueva?
Bien contesté, no nos ha defraudado.
A que habéis visto excéntricas, grandes banderas, formaciones helicoidales,
platos epiacuaticos, cristales de hábito escalaenédrico, o helicocitas
incipientes entre un mar de formaciones.
Mirándole y sin entenderle demasiado
le dije:
Va a ser que no. Unas pocas
formaciones diseminadas, interesantes algunas pero poco más, ahora eso de
incipientes.. pues no sé.
Mi amigo entonces dijo:
Ah, pues ya sé. Esta vez os habéis dedicado a esos grandes pozos cuyo
fondo no se ve y se necesitan ingentes cantidades de cuerda así como complejas
instalaciones para acceder…
Pues también va a ser que no. Un par
de pequeños pocetes para bajar al piso inferior, casi hasta destrepables.
Entonces comento mi amigo:
Ya sé. Habéis visto grandes salas abovedadas con multitud de formas para
dejar hacer a la fantasía.
Pues no. Tampoco. A lo más y debido a
las margas alguna pequeña salita con bloques desprendidos que no se prestaban mucho
a dejar volar la imaginación, aunque claro, todo depende.
Mi amigo empezaba a fruncir el ceño…
Ya sé, dijo, tenía río, cristalinas y verdosas pozas que reflejaban como
un espejo..
Pues tampoco, un pequeño río que
correteaba, incordiando en algunos pasos, ya que casi había que mojarse…
Ahora si, dijo. Tenía bonitos colores ya que con el agua filtraría algún
mineral.
Pues tampoco. Meandro calizo y luego
en margas de roca mayormente homogénea.
Pero algún mineral o piedra o hueso o lo que sea habríais encontrarlo.
Que va,lo único que sacamos fue mucho
barro por ajuar.
Y entonces, ¿cómo era? ¿Qué tenía? Preguntó.
La cueva es un amplio meandro, tiene
dos pisos y casi 2 kilómetro de desarrollo, en su mayor parte un río recorre la
cavidad. Unas zonas fáciles y otras un tanto más penosas, un pequeño pozo y un
meandro desfondado comunica con el piso de abajo, eso sí, sales cansado.
Pero, ¿os gustó?
Mucho. Tiene dos posibilidades de
recorrido como de dificultad media y otro
difícil y nos resultó muy curiosa y entretenida, destacar una gatera
ascendente y luego horizontal en forma de v.
¿Y qué hicisteis?
Pues casi se podría decir que el recorrido del contorneo. Te ibas
doblando como podías para ir pasando algunos pasos. También nos resultó muy
llamativo una galería que vimos, bastante larga, con barro y pasos bajos que no
sale en la topografía. Eso si estaba bastante pisada. El río en ese punto tenía
hojas y algún trozo de plástico, por lo que cabe suponer que puede tener alguna
pequeña conexión con el exterior.
Claro¡¡ -dijo mi amigo- buscabais una conexión o una nueva galería.
Qué va. Si esta cueva está más
trillada que un trozo fértil en un erial…
Entonces, ¿qué tiene?
Pues nada y todo. Cada cueva es
diferente y por lo general todas tienen su gracia, pero la verdad es que
resultó muy interesante.
Y es que, como dice otro amigo: “L’espeleologie est diferent”.
Otro bonito día para el recuerdo,
como lo es compartirlo con los amigos.
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