martes, 24 de abril de 2018

CUEVA DE TROSKAETA






Para variar con los últimos días, incluso semanas sino meses, el pronóstico del tiempo no era muy halagüeño, daban agua, mucha agua, pero bueno, no sabemos ya si estamos acostumbrándonos o son simplemente las ganas, aunque en cualquier caso ya no hace mella.

Ya en el pueblo de Ataún, nos vamos juntando todos, caras nuevas, y caras conocidas, pero siempre, y en cualquier caso, un placer. Eso sí, buen grupo el que nos juntamos, y lleno de ganas e ilusión, que es lo que cuenta.





Reorganizamos coches y, al poco, ya estábamos cambiándonos bajo la lluvia intermitente, aunque esta vez llevadera, y poco a poco por la “amigable” cuesta hasta la boca. Algo de barro, pero sin más..






Ya dentro, vamos hasta el pozo de los osiños, y volvemos hasta la fisura que lleva a  la escalera metálica, guiados por una cuerda “espartana”. Bajamos por esta, que nos deja en el punto de vuelta de la circular que tenemos previsto hacer. Vamos descendiendo hasta  unos gours, que se encontraban exuberantes. Creo ninguno los recordábamos con tanta agua. Es un elegante rincón.






En este tramo hay dos cuerdas en fijo para bajar (unos 20 metros en total). Estas cuerdas parecen de ferretería,  tienen su tiempo y en ningún caso son recomendables, por lo que aconsejamos sin dudarlo poner nuestras propias cuerdas. Eso hicimos. Y hasta abajo. Esta parte de la cavidad es entretenida e interesante, con bonitas formaciones, eso si, algunas dañadas.

Y poco a poco llegamos a la laguna deseada: sifón terminal y punto final de la cueva. Vistosas aguas verdes, poco más altas que lo normal. Fotos, pequeño tentempié y a seguir con la fiesta.






De aquí volvemos por otro lado en pequeña circular.
Una especie de caos de bloques nos lleva poco a poco a la galería paralela a la que hemos venido. En algún tramo toca ir rebuscando el pasito, lo que hace sea más entretenido. Una vez en la galería, podemos ver también otras 2 galerías trasversales que  más o menos se cruzan, y que como no, aprovechamos para ver, elegantes rincones y bonita morfología..




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Uno  de nuestros compañeros tuvo un pequeño golpe con una piedra y se encontraba molesto, así que mientras unos compañeros disfrutaban del resto de la cueva, otros salimos con él, despacito, ya que lo primero es lo primero, sin ninguna duda.







Esta vez salimos con nuestro compi por el sitio más cómodo, sin salsear siquiera y dejando para otra vez un par de divertidas gateras….
Ya afuera, esta vez sí, nos esperaba la tan pronosticada lluvia que ya no quiso dejarnos… Poco a poco vamos bajando con cuidado y en especial en la rampa de hierba. Afortunadamente sin mayor problema hasta el coche, donde poco más tarde ya nos juntamos todos, aunque casi nos pillan…
Levantamos los portones de los coches para resguardarnos de la lluvia y pequeño festín: entre las pastas del cumple de Jaime y los pintxos de Joxepo, grandes momentos... Pero no sobró mucho.



Lo cierto es que es una cavidad aparentemente sencilla pero muy elegante, bastante más de lo que recordábamos. Lástima que se encuentre por lo general deteriorada, aunque afortunadamente no toda. Aún quedan bellos rincones que sin duda nos pueden sorprender.



                              Un buen día. Sin duda...

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