Para
variar con los últimos días, incluso semanas sino meses, el pronóstico del
tiempo no era muy halagüeño, daban agua, mucha agua, pero bueno, no sabemos ya
si estamos acostumbrándonos o son simplemente las ganas, aunque en cualquier
caso ya no hace mella.
Ya
en el pueblo de Ataún, nos vamos juntando todos, caras nuevas, y caras
conocidas, pero siempre, y en cualquier caso, un placer. Eso sí, buen grupo el
que nos juntamos, y lleno de ganas e ilusión, que es lo que cuenta.
Reorganizamos
coches y, al poco, ya estábamos cambiándonos bajo la lluvia intermitente, aunque
esta vez llevadera, y poco a poco por la “amigable” cuesta hasta la boca. Algo
de barro, pero sin más..
Ya
dentro, vamos hasta el pozo de los osiños, y volvemos hasta la fisura que lleva
a la escalera metálica, guiados por una
cuerda “espartana”. Bajamos por esta, que nos deja en el punto de vuelta de la
circular que tenemos previsto hacer. Vamos descendiendo hasta unos gours, que se encontraban exuberantes. Creo
ninguno los recordábamos con tanta agua. Es un elegante rincón.
En
este tramo hay dos cuerdas en fijo para bajar (unos 20 metros en total). Estas
cuerdas parecen de ferretería, tienen su
tiempo y en ningún caso son recomendables, por lo que aconsejamos sin dudarlo poner
nuestras propias cuerdas. Eso hicimos. Y hasta abajo. Esta parte de la cavidad
es entretenida e interesante, con bonitas formaciones, eso si, algunas dañadas.
Y
poco a poco llegamos a la laguna deseada: sifón terminal y punto final de la
cueva. Vistosas aguas verdes, poco más altas que lo normal. Fotos, pequeño
tentempié y a seguir con la fiesta.
De
aquí volvemos por otro lado en pequeña circular.
Una
especie de caos de bloques nos lleva poco a poco a la galería paralela a la que
hemos venido. En algún tramo toca ir rebuscando el pasito, lo que hace sea más
entretenido. Una vez en la galería, podemos ver también otras 2 galerías
trasversales que más o menos se cruzan,
y que como no, aprovechamos para ver, elegantes rincones y bonita morfología..
Uno de nuestros compañeros tuvo un pequeño golpe
con una piedra y se encontraba molesto, así que mientras unos compañeros
disfrutaban del resto de la cueva, otros salimos con él, despacito, ya que lo
primero es lo primero, sin ninguna duda.
Esta
vez salimos con nuestro compi por el sitio más cómodo, sin salsear siquiera y dejando
para otra vez un par de divertidas gateras….
Ya
afuera, esta vez sí, nos esperaba la tan pronosticada lluvia que ya no quiso
dejarnos… Poco a poco vamos bajando con cuidado y en especial en la rampa de
hierba. Afortunadamente sin mayor problema hasta el coche, donde poco más tarde
ya nos juntamos todos, aunque casi nos pillan…
Levantamos
los portones de los coches para resguardarnos de la lluvia y pequeño festín:
entre las pastas del cumple de Jaime y los pintxos de Joxepo, grandes momentos...
Pero no sobró mucho.
Lo
cierto es que es una cavidad aparentemente sencilla pero muy elegante, bastante
más de lo que recordábamos. Lástima que se encuentre por lo general deteriorada,
aunque afortunadamente no toda. Aún quedan bellos rincones que sin duda nos
pueden sorprender.
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