miércoles, 4 de mayo de 2016

Mairulegorreta

9 de abril de 2016

Poco a poco nos fuimos juntando todos en el aparcamiento del Gorbea. Al final nutrido, variopinto y animado grupo, nos acompañan también varias de nuestras jóvenes promesas.
Inicialmente teníamos idea de instalar un pasamanos y bajar un pozo, pero decidimos cambiar de planes e ir todos juntos por un interesante circuito.
Fuimos subiendo poco a poco hasta la boca, disfrutando del agradable paseo, que ya por si merece.  Mucha agua.
En los años 60 se hizo un estudio para convertir la cueva en turística, con idea de hacer 1300 metros en el piso superior y 600 metros en el inferior. Afortunadamente no se llegó a realizar ya que parece se hubieran hecho bastantes estragos. Aún quedan restos de escaleras, barandillas, retoque del suelo, ampliación de paso… Aunque desconocemos si tenían relación con el proyecto.
Ya todos en la entrada, foto conjunta y para adentro.



Resulta curioso que prácticamente todas las galerías tienen nombre.
Entramos por el vestíbulo, calle de la estación y por el callejón de Alaba, vamos hacia la cuesta de los gours. 


Bonitos rincones. De aquí vamos hasta el pozo del diablo donde una trabajada escultura de barro de un diablo nos da la bienvenida. Lo bajamos por una divertida gatera que nos enseñó Josu , poniendo una cuerda para la chavalería .







Tramo entretenido. Mientras van subiendo Josu nos enseña una bonita galería pero de más difícil acceso. Seguimos por la calle Zapatería sin ver el elefante que encontraríamos más tarde, hasta llegar a la sala del caracol. Divertida galería, estrecha, en espiral y final del recorrido de ida.




Al salir de la galería, bocata, buen humor y magistral lección de Santi, quién nos sorprendía en cómo mezclar la medicina con el agua sin manchar y sin ocupar espacio. Todo un maestro de las nuevas tecnologías.
Mientras unos compañeros bajaron a la cascada, otros acompañamos al resto a la salida y nos juntamos en la plaza 6 calles algo más tarde. Eso sí, los de la cascada no pudieron aguantarse y entraron al fragor de la misma. No por nada, pero tenían que ser los de Bilbao.
Continuamos visitando unas bonitas salas y por un destrepe llegamos a la plaza de toros para ya salir y  juntarnos con todos. Elegante recorrido.







Dar gracias a Josu por mostrarnos algunos rincones que no aparecen en la topografía.
Bonito paseo de vuelta en el que Txutxin nos mostró su férrea voluntad por aprender a nadar. ¡¡¡Eso es tesón!!!


Un buen día que tuvimos la suerte de compartir con muchos amigos, y en especial con la chavalería que se mostraba incansable. Así da gusto.