19 de agosto de 2014
NÚMERO CATÁLOGO ESPELOLÓGICO: NA-470/114
Aprovechando estos días “veraniegos”, nos fuimos a hacer una visita a la Sima de Ormazarreta-I.
NÚMERO CATÁLOGO ESPELOLÓGICO: NA-470/114
SITUACIÓN: Sierra de Aralar
MAPA NACIONAL TOPOGRÁFICO: NA-114 I Lakuntza
Aprovechando estos días “veraniegos”, nos fuimos a hacer una visita a la Sima de Ormazarreta-I.
En esta cavidad se realizó la 1ª gran expedición navarra en la década
de los 50, y se consideraba en aquella época la “más profunda de España”. La idea era echarle un vistazo hasta la
cabecera del P84, ya que uno de los integrantes del grupo está acabando de
recuperarse de una lesión.
Dejamos el coche en Guardetxe
y tras un relajado paseo cargando las pesadas sacas, nos plantamos en la
boca, que está situada en el fondo de una dolina en pronunciada rampa. Vamos
bajando por un divertido y elegante meandro por el que seguimos hasta la
cabecera del P84 con varios cambios de dirección y pequeños destrepes, así
como tres pequeños pozos de unos 10 m. Al poco de entrar y a nuestra derecha
vemos una barra de expansión, posiblemente utilizada en las exploraciones de
los años 50 para separar la escala de la cascada en el P.84.
El agua, más de la que pensábamos, nos acompaña en los dos primeros
pozos. Vemos también rudestos y algún otro fósil adornando las paredes. Pasado
el segundo pozo, el agua se sume por una galería, continuando nosotros por una
galería fósil hasta el tercer pozo, al que accedemos por una galería elevada.
Este es un pozo seco que llega a la cornisa por la que se accede al P84
y que está a unos -100 m. de profundidad.
Hasta esta cornisa, bajó un cura el 3 de septiembre de 1955 ya que
parece que era fin de semana y había que celebrar misa. Aprovecharon las
piedras de un anterior desprendimiento de rocas para hacer un altar y
celebraron la misa a las 3:30 de la mañana.Al acabar esta, acompañaron algunos al cura al
exterior,mientras el grupo de descenso llegaba al sifón terminal por 1ª vez, saliendo a la calle
a las 36 horas.
De aquí nos asomamos al pozo y vuelta sin mirar para atrás (ya que si no era para buscar cuerda y bajar).
Otra refrescante ducha en las cascadas iniciales y hacia afuera.
Lo cierto es que las cascadas nos vinieron muy bien, ya que creo que nunca
habíamos salido tan limpios de una cavidad. Como aún nos sobraba algo de tiempo
fuimos a “catalogar” algunas bocas cercanas. Y eso sí, con la firme promesa de
acabar la cavidad, cogimos la saca con todo el material mojado como si nada y, con la
alegría que nos caracteriza, a deshacer lo andado. Interesante cavidad.
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