Aprovechando
el calor de una de estas tardes de verano, que mejor que buscar el “fresco” en
una cueva, así que nos decidimos a ir a pasar la tarde a la cueva de Troskaeta.
Después
de una calurosa aproximación, llegamos a la cueva, de boca pequeña reforzada
con piedras a modo de redil.
La boca
da paso a una amplia sala, en la que esta la “sima de los osos”, ya que en ella
se encontraron varios esqueletos de URSUS SPELEUS u oso de las cavernas. De
esta sala seguimos a través de una grieta que da a una escalera. Ya debajo de
la escalera y con ésta a nuestra espalda, tomamos la galería de la derecha que
nos deja en la base de un pozo con una instalación bastante precaria, al igual que los dos pozos siguientes (cascada
del pozo de los Osiñes y pozo los Osiñes). Estos están con una vieja cuerda, como
de tender pero más gorda y con nudos.
Reforzamos
la cabecera, ponemos la cuerda y vamos bajándolos. Son unos pozos sencillos,
pero tal y como están quedan muy expuestos.
Ya de
aquí vamos por la sala Elosegui sorteando un cuarto pozo por la derecha y por
el corredor de los bloques hasta llegar al final de la cavidad donde nos
encontramos con La laguna Deseada, la cual, aunque invitaba al baño, no nos
venía bien y decidimos dejarlo para mejor ocasión.
La
vuelta la hicimos por otras galerías, andando. Visitamos el resto de las salas
y varios ramales, muchos de ellos conectados entre sí: entrabas por uno, salías
por otro ¿Para que ir de pie pudiendo pasar una gatera? Hasta que por el llamado
corredor superior y pequeña gatera -tobogán, aparecimos en la base de la
escalera.
Por
gran parte del recorrido vimos formaciones muy interesantes y abundantes
fósiles.
Una
cueva bonita, entretenida y sobretodo muy divertida. De las que sales muy
contento.
Como
contrapunto a esto, se observan muchas formaciones rotas y otras marcadas,
pinturas, restos imperecederos, etc…que hacen que el sabor sea agridulce.
No
logramos entender bien cómo se puede llegar a hacer esto, ya que creemos que es
esencial conservar las cavidades y / o espacios naturales por muchas razones, y
como última si se quiere, que las generaciones venideras puedan disfrutar de
estos lugares tanto o más de lo que hemos podido hacerlo nosotros. Es cosa
nuestra, de todos.
Son preciosas y muy divertidas. Yo soy de la opinión de que se debe llevar varias cuerdas por si acaso y buena reserva de pilas.
ResponderEliminarLa naturaleza por otra parte, debe ser respetada, no solo para el disfrute de los que vienen detrás, sino porque es ella misma y no otra la que nos da la vida y muchas más aportaciones positivas en la vida.
Un saludo